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¿Por qué leer a Husserl hoy? A. Bak comenta a R. Rizo-Patrón

El tema del texto que trataremos en esta entrada es la actualidad del pensamiento de Edmund Husserl (1859-1938). El texto de A. Bak es el comentario a un libro de Rosemary Rizo-Patrón de Lerner, Husserl en Diálogo. Lecturas y debates (2012). Según la autora del comentario, Rizo-Patrón afirma que hoy se debería leer a Husserl por la siguiente razón: él «nos invita a indagar en las profundidades de la vida del sujeto y a descubrir cómo sus experiencias intencionales (…) son una forma radical de praxis, de constitución de todo sentido y de toda validez» (p. 198). Bak afirma: «Es la constatación de esta red de significación, junto a la creciente toma de conciencia de la importancia de lo fáctico, lo que hace de Husserl, a mi juicio, el inaugurador de un paradigma radicalmente nuevo en la filosofía» (p. 207)


Agata Bak estudió en la Universidad nacional de Educación a Distancia (UNED). Realizó una maestría en arte entre 2005 y 2010 en la Universidad de Granada en torno al pensamiento de Seneca. Realizó un master en filosofía entre 2010 y 2012 en la UNED, donde también realiza un doctorado en filosofía entre 2012 y 2017. Ella concluyó exitosamente su doctorado en 2020.





El texto de Bak se compone de siete apartados divididos por números arábigos. El primero es una introducción. El segundo expone la tesis del libro de Rizo-patrón. En el tercero, cómo Husserl abandona el proyecto de fundamentación exigido por la modernidad. En el cuarto, la caracterización del proyecto husserliano: dimensión genética. En el quinto se caracteriza la fenomenología desde su ideal práctico. En el sexto se presenta los dos rasgos del ‘nuevo Husserl’: el cambio de concepción de racionalidad y la relación con lo práctico en tanto ideal ético. En el séptimo se menciona el carácter dialógico de la obra de Husserl. Concentrémonos ahora en la exposición que nos ofrece Bak del libro de Rizo-Patrón.


En el primer apartado, Bak presenta la estructura del libro de Rizo-Patrón. El mencionado libro está dividido en dos bloques. En el primer se relaciona a Husserl con Kant y Hegel bajo el título de ‘El planteamiento del debate’. Ese bloque está dedicado al esclarecimiento de la idea de la filosofía manejada por Husserl. El segundo bloque está repartido en dos subtítulos: ‘Husserl, lector de los modernos’ y ‘Los discípulos, lectores de Husserl’» (p. 197). Al final del primer parágrafo de Bak se encuentra el objetivo y la delimitación de su textos: «El presente comentario quiere servir de invitación a la lectura del libro mediante exposición del planteamiento de autora y no agotará obviamente todos los temas que toda este libro, indicando puntos que constituyen puentes entre diversos artículos y centrándose en la noción de filosofía que permite el diálogo» (p. 198).

En el segundo parágrafo, Bak cita la tesis del libro de Rizo-Patrón: «él «nos invita a indagar en las profundidades de la vida del sujeto y a descubrir cómo sus experiencias intencionales (…) son una forma radical de praxis, de constitución de todo sentido y de toda validez» (p. 198). Según Bak, Rizo-Patrón afirma que la fenomenología de husserl posee un carácter innovador. Siguiendo siempre a Rizo-Patrón, Bak señala que la filosofía de Husserl»se guía por el proyecto de fundamentación de la ciencia y la filosofía (…) sin que ello signifique que, como a menudo se ha pensado, sea un cartesianismo» (p. 199). la autora del libro, según Bak, explica la particularidad de la empresa fundadora de Husserl, los puntos de referencia en la filosofía moderna y las divergencias. Esa explicación se apoya en una exposición de la evolución del pensamiento husserliano. Bak nos informa que Rizo-Patrón pone énfasis en el carácter «práctico de la filosofía y una determinada visión de la racionalidad que no es intelectualista, formal o eminentemente teórica» (p. 199). Husserl comprendería la racionalidad a partir de la intuición anclada en el mundo circundante, de una intuición constituida por la afectividad y la voluntad. Bak dice que «Esta visión de Husserl es la que se va a poner en diálogo con los pensadores del siglo XX. En el presente comentario, seguiremos el hilo de este argumento. (…) En el presente comentario, se tratará de rescatar la peculiar idea de filosofía de Husserl, poniendo en relieve los puntos que lo distancian de la Modernidad y que abren horizontes nuevos de pensar» (p. 199).

En el tercer parágrafo, Bak rechaza que la fenomenología se entienda como una empresa exclusivamente moderna de corte epistemológico y fundacionalista. Según Bak, «Rizo-Patrón aboga por una interpretación más ceñida a los escritos de Husserl y fiel a sus particularidades, sin dejarse llevar por el entusiasmo de Husserl hacia Descartes ni por los comentarios de sus críticos» (p. 200).


Husserl trata de responder al psicologismo y al relativismo en la fundamentación de la lógica. Por ello, Husserl busca «la objetividad de los conceptos lógicos y formales, por un lado, y su relación con la subjetividad puesta de relieve por los psicologistas por el otro. El objetivo de Husserl es por un lado fundamentar la totalidad de las ciencias retrocediendo a un punto de referencia absoluto, autojustificable, que no requiera de instancia previa. Por el otro, pronto y a causa de los ‘descubrimientos’ puestos de relieve en sus investigaciones, el proyecto se extiende hacia el intento de reconstrucción de la totalidad de la experiencia de constitución de sentido» (p. 200).

Husserl habría abandonado el paradigma de fundamentación moderna en las Meditaciones cartesianas y habría encontrado la estructura ego-cogitatio-cogitatum. Ese descubrimiento habría abierto un campo extenso de análisis: «el ‘flujo’ entero de ‘vida originaria’, de por sí impreciso y, por su propia constitución, entrelazado con demás actos y noemas; puesto que cada noesis y cada noema remiten irrevocablemente a un plus, apuntan más allá de sí: hacia lo virtual, comentando, mostrando una ‘unidad abierta e infinita’ de la vida de conciencia» (p. 200); lo que habría exigido el planteamiento de un método nuevo.


Ese nuevo método se habría expresado en la diferencia entre evidencia adecuada y evidencia apodíctica. La evidencia adecuada es «donde todo elemento mentado por el juicio se halla absolutamente ‘plenificado’», imposible de mantener. Evidencia apodíctica: se presenta de manera innegable. La experiencia adquiere apodicticidad de este último ‘yo soy’ de las meditaciones. «La apertura del campo trascendental mediante la reducción abre un campo de investigación infinito tanto del lado del sujeto como de los objetos de los actos. En este sentido, Husserl sí abandona la noción moderna del fundamento, siendo más bien testigo de su retirada, pero no la aspiración misma de fundamentación» (p. 200-201).

En el cuarto apartado se presenta el objetivo husserliano de fundar una filosofía como ciencia estricta. Esta filosofía estaría dividida tradicionalmente como: filosofía teórica, axiología y filosofía práctica. A su vez, esta división precisaría una «condición de posibilidad» (p. 200). Esa sería la función de «la fenomenolgía trascendental eidética, que se presenta como una verdadera filosofía primera» (p. 200). Esta fenomenología respondería a los dos retos psicologistas: 1) constituye un fundamento lógico y ontológico de los conceptos que solo así se pueden enfrentar al flujo constante de la conciencia, ya que esta es una fenomenología eidética. 2) como remite a la región de la subjetividad trascendental, responde al problema del anclaje subjetivo (evitando al parecer -aunque no lo digan las señoras- un idealismo extremo). El campo de esta fenomenología es «la totalidad de los actos de conciencia, indaga temas de constitución y génesis, etc., y se corresponde por tanto con la vida de la razón en su totalidad» (p. 201).




Bak informa que Rizo-Patrón se enfrenta a dos problemas: 1) para fundar el edificio filosófico, es necesario disponer de una primera evidencia, pero parece que el carácter de esta se funda a su vez en una determina y presupuesta idea de filosofía, ¿la fenomenología se funda en un círculo vicioso? 2) ¿Qué relación guardan entre sí lo eidético y lo fáctico?, ¿son las multiplicidades fácticas solo instancias de lo eidético?


Con respecto a 2), el desarrollo de la fenomenología de Husserl rehabilita una filosofía segunda o metafísca. Esta habría sido antes de 1909 una parte de la ontología material, pero después de ese año se habría convertido en «una ciencia intermediaria entre las ciencias eidéticas y las ciencias empíricas» (cita en p. 202). Con respecto a 1) la metafísica ofrecería la explicación del ser objetivo fáctico del que tratan las ciencais mundanas, apareciendo la denominación para esa metafísica de ‘filosofía segunda’. En los últimos textos de Husserl, la facticidad aparece como la instancia de lo ideal. Rizo-Patrón: «tras indagar en la constitución de las objetividades en la conciencia trascendental, Husserl empieza a presuponer una ‘dimensión genética’ previa a la experiencia trascendental de constitución de sujeto, a saber, una diemensión de profunidad desde la cual la propia experiencia constitutiva del sujeto emerge (…)’ Se trataría de un nivel preegológico, inconsciente, en el que anida la vida trascendental» (p. 202). «La autora -dice Bak- pone de relieve el cambio de matiz en la noción de Faktum, que pasa de ser una mera instanciación de lo ideal a ser no solo lo que ocurre en las síntesis pasivas, sino también y sobre todo, lo irracional que escapa a cualquier tematización; Rosemary Rizo-Patrón cita aquí el factum irracional de la existencia del mundo o la historia» (202-203). Bak pide recordar la diferencia entre faktum ego trascendental y eidos ego trascendental.


Bak informa que Rizo-Patrón estudia la crítica de Heidegger a Husserl en el capítulo VIII de su libro. «Heidegger, según la autora, considera que Husserl no llega a la pregunta última por el ser, quedándose en el estrato de análisis de la experiencia-de y, en el fondo, en la experiencia de objetos. El ser en Husserl significa siempre, según Heidegger, ser objeto, concluye la autora del capítulo (p. 324)» (p. 203).

Ante las críticas de Heidegger aparecen algunas preguntas interesantes que Bak rescata del libro de Rizo-Patrón: «¿se ocupa la fenomenología del problema de la existencia o más bien lo evita? ¿Tendría razón Heidegger en reprochar a Husserl su enclaustramiento en la modernidad epistemológica? De lo anteriormente comentado se desprende que la facticidad si se está haciendo sitio en la fenomenología.» (p. 203). Rizo-Patrón responde, según Bak, a las críticas de Heidegger al afirmar que «en la fenomenología husserliana se puede vislumbrar ya, si uno sabe dónde leer, que la existencia puede preceder a la esencia. La facticidad es el problema que cabe bajo el punto de mira fenomenológica» (p. 204).


Bak informa que en el capítulo X del libro de Rizo-Patrón se aborda el tema de la historia. El capítulo está desarrollado a partir de las críticas y observaciones de Ricoeur: «Es de subrrayar que la autora asume la crítica principal de Ricoeur, la de que el retroceso al mundo de la vida no libera a la fenomenología de als aporías en torno a la historia, es más, las implica aún más. Pero justamente en la capacidad de reconocer y tematizar el carácter problemático de las relaciones entre la facticidad y la trascendentalidad reside el potencial de Husserl» (p. 204). «La historia (…) es parte del Faktum, que se escapa a al racionalidad» (p. 204).


En el apartado cinco, Bak señala que la fenomenología de Husserl parece estar siempre ante el peligro del círculo vicioso que haga de su filosofía una «construcción ideal desvinculada de la vida» (p. 205). Husserl buscaría «la primera evidencia en la que basar el edificio de la filosofía» (p. 205). Bak cita a Rizo-Patrón: «la estrategia husserliana consiste en señalar que precisamente la última y más completa justificación (el carácter constitutivo en última instancia) de toda ciencia y de sí misma estriba en la autorresponsabilidad en el sentido más radical y absoluto es decir, en una instancia cuya fuente no es puramente cognitiva, sino afectivo-volitiva (p. 112)» (p. 205). De esta manera, el problema de la circularidad estaría resuelto desde el punto de vista práctico. «Desde esta perspectiva, todo pensar es un filósofo principiante que tiene que poner manos a la obra y pensar, progresando hacia la meta -la realización de la idea de filosofía- valiéndose de sus propios medios» (p. 205). Según Rizo-Patrón, la fuente de todo sentido es el sujeto, cuya vida trascendental es el fundamento último en el que se basa una filosofía de los comienzos y del radicalismo de la responsabilidad autónoma. «la única manera de concebir la filosofía es ir haciéndola. La fenomenología se concibe, pues, como filosofía práctica por excelencia» (p. 205). De ahí la importancia de Husserl y el valor de la fenomenología: todo anida en la vida del sujeto. «El descubrimiento de la vida trascendental, la formulación de la teoría fenomenológica es un camino» (p. 206).


En la filosofía de Husserl, la racionalidad implica una conciencia en la que concurren actos cognitivos, volitivos, apetitivos y juicios de valor. «Cabe añadir que el mismo ser humano es, según se desprende de los análisis llevados a cabo en Ideas II, fundamentalmente un yo puedo, y que todo juicio es siempre una acción.» (p. 206).


«La tesis fundamental que la autora defiende y que para ella constituye el verdadero incentivo a la lectura de Husserl es que la fenomenología es, en su más profunda motivación, una práctica» (p. 206).


En el parágrafo seis, Bak trata de resumir los rasgos de este nuevo Husserl. 1) el cambio de concepción de la racionalidad que no rehuye ya el tema de la doxa, del mundo de la vida, y que, por el contrario, de él emerge.» (p. 207). «Husserl abandona la noción de evidencia adecuada como fundamento inamovible de la filosofía como ciencia rigurosa; lo cual, según se ha comentado, cambia el sentido de la fundamentación, relacionándola, en última instancia, con la praxis.» (p. 207). 2) Husserl se inspira en la noción de trascendentalidad de Kant y se distingue del kantismo al admitir la intuición intelectual. Husserl se acerca a Hegel en la medida en que reconoce que «existen síntesis en las que el entendimiento es todavía pasivo. Esta comprensión de la síntesis acerca a Husserl a Hegel, con el que compartirá también necesidad de un análisis que atienda al movimiento del fenómeno.» (p. 207). 3) La honestidad filosófica: como evoluciona la fenomenología: «la tensión entre lo adecuado y lo apodíctico, lo eidético y lo fáctico, lo estático y lo genético.» (p. 207).


Bak afirma que: El carácter constitutivamente impreciso y fluido de las vivencias y sus objetos: «Es la constatación de esta red de significación, junto a la creciente toma de conciencia de la importancia de lo fáctico, lo que hace de Husserl, a mi juicio, el inaugurador de un paradigma radicalmente nuevo en la filosofía.» (p. 207). Bak menciona que en el capítulo XIII, Rizo-Patrón atiende a las críticas de Gadamer a Husserl.

En el parágrafo siete, Bak brinda un último apunte sobre el carácter sobre el libro de Rizo-Patrón. Bak valor el carácte dialógica de la obra. Afirma que la obra de Rizo-Patrón es humanista, pues es la lectura de lecturas críticas. Esto lo observa a partir de una paráfrasis de Sloterdijk. Bak finaliza su texto afirmando que Rizo-Patrón está defendiendo «una nueva lectura de Husserl, que lo implica en los temas más candentes de la filosofía reciente». (p. 208).


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Mercado, M. (Fecha de visita). ¿Por qué leer a Husserl hoy? de A. Bak. [Blog: En carne Propia]. Recuperado de https://martinmercadov.wixsite.com/encarnepropia/post/por-qué-leer-a-husserl-hoy-a-bak-comenta-a-r-rizo-patrón


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